martes, enero 24, 2017

Nostalgia Pelmaza. Monster Trucks.

Seguro que en vuestra más reciente visita a los multicines del centro comercial os habéis quedado picuetos al ver en la cartelera el cartel de un auténtico engendro fílmico.
¿Monster Trucks? ¿Un monstruo submarino escondido en el interior del chasis de un coche? ¿Pero que mierda es esta? ¿Pero que mierdas se fuman los guionistas de Hollywood? Pues que sepáis que esta abominación también es culpa de la nostalgia pelmaza. Los de Hollywood quieren sacarle hasta la última gota de sangre a los nostálgicos de los 80 y 90. No han bastado con las pelis de los G. I. Joes o los bodrios infumables de Transformers. Que sepáis que Monster Trucks está basada en esos juguetes de los 90 que mezclaban monstruos y animales, con coches y camiones. ¡Camiones monstruo! ¡Pues claro! ¡Todo esto es culpa vuestra, pelmazos de la nostalgia!

Pero que sepáis que mi escrito de hoy, en realidad, no es más que una pobre excusa para poder poner en mi blog un anuncio noventero de un juguete que llevo años intentado colar sin ningún pudor, pero que nunca encontraba una buena excusa para colarlo. XD

El anuncio es este:


¡Jo! Anda que no me hubiera flipado yo con juguetes como esos. ¡Un camión monstruo que disparaba mocos! ¡Y se llamaba Slime-inator!¡Vaya tela! XD

NOTA: los juguetes Monster Trucks en realidad son de la marca Hasbro, mientras que el Slime-inator era de los Hot Wheels que son de Mattel, pero a mí me importa un pimiento. Que yo en realidad lo que quería es que vierais el anuncio del coche-monstruo lanza mocos. La peli con el pulpo dentro del coche me importa una porra. XD

Por cierto… si metes al Monster Truck en un garaje… ¿estaría más perdido que un pulpo en un garaje? XD

domingo, enero 22, 2017

Nostalgia pelmaza.

Lo de Cachitos de Hierro y Cromo tenía su pase, por su mirada irónica al pasado y más concretamente a la década de los 80. Con Viaje al Centro de la Tele de Santiago Segura la cosa ya empezó a resultar cansina. Ochéntame otra vez ya atufaba de veras. Pero es que lo de Espinete no Existe es ya el colmo. ¡El colmo! ¡Hasta las narices ya!


Hasta las narices de ver una y otra vez a Diana comiéndose la rata; hasta las narices de las canciones de Parchís; hasta las narices de que me recuerden que el Gran Héroe Americano no podía volar bien porque perdió las instrucciones de su traje; hartito estoy de la gallina Cocoguagua y del Disco Chino; harto de que me recuerden que Chanquete a muerto; harto de mi primera colonia Chispas, y especialmente harto estoy de ver (otra vez) al Príncipe Gitano cantando mal en spanglish inventado el In the Ghetto. ¡Cansinos! ¡Pelmazos! ¡Dejadlo ya! Que una cosa es la nostalgia y los recuerdos, y otra cosa bien distinta es ya este gusto por la necrofilia. Y digo necrofilia porque lo de desenterrar a Espinete del olvido ha sido la gota que colma el vaso. ¡Dejad a Espinete y Don Pimpón en paz! ¡Eduardo Aldán sí que tendría que acabar en el olbidón! ¡Por pelmazo!

Y ahora, si me disculpan, me voy a echar una partida a una aventura conversacional en mi emulador del Spectrum, a ver si logro terminarme de una vez la trilogía de Ci-U-Than, con el Chichén Itzá, que jugar al Firfurcio me ha recordado que hubo aventuras conversacionales que no me llegué a terminar en su día… y es que está la nostalgia cansina y luego está la retronostalgia, claro. Xyzzy.