lunes, febrero 11, 2013

Revisitando Dragones y Mazmorras: El opening.


¡Pues ya tenemos el primer episodio comentado por Viruete!


Y veo que ha gustado. ¡Bien! El primer episodio no está mal y la única bobería o ñoñería es la aparición de una vaca dibujada con un estilo cartoon demasiado caricaturesco, que desentona con el estilo de diseño del resto de personajes. Además en este episodio Uni no es especialmente insufrible y Eric todavía no se ha puesto excesivamente quejica. Y todavía no han salido duendecillos o animalillos graciosos. Y Eric todavía no es el objetivo de todas las burlas, mofas y chanzas del resto del grupo. Cosa que a mí me resultaba bastante desesperante en el revisionado que hice en su día. ¿Pero por qué se burlan tanto de él? Y eso que cuando yo era pequeño Eric me resultaba odioso. Pero ahora de mayor Eric me parece el único personaje sensato y que tiene la cabeza en su sitio. Es el único en sus cabales, el único cuerdo que se cuestiona las decisiones del resto del grupo y el único que parece desconfiar del personaje del Amo del Calabozo. Por cierto, que este último de pequeño me resultaba simpático, pues se suponía que sus intenciones eran buenas para con los muchachos, pero ahora de mayor el Amo del Calabozo me parece un capullo y un cabronías. Y ahora hasta dudo mucho que realmente quisiera que los chavales se marchasen de su reino. ¡Cómo cambian las cosas con la perspectiva de los años!

Nada más tengo que añadir al respecto, aunque me gustaría realizar mi propio ejercicio retronostálgico. ¿Qué tiene esta serie para que, casi 30 años después, adultos que ya empiezan a peinar alguna cana sigan sintiendo un feeling especial por ella? Las respuestas las podemos obtener analizando detenidamente el opening.

Retrocedamos atrás en el tiempo, son los años 80 y tienes 5 o 6 años. Enciendes la televisión para ver los dibujos y la primera imagen que tienes de una nueva serie es la de un grupo de chavales en un parque de atracciones. ¡Bien! Parece una tontería, pero esta primera imagen ya dice mucho. Los protagonistas no son robots, alienígenas, soldados o barbaros musculosos. Son una pandilla de colegiales en edad escolar. Una pandilla de chicos pasándolo bien en una feria. La chavalada ya estaría ganada solo con esa imagen, pero es que esto es tan solo el principio del principio. La pandilla se monta en una nueva atracción de aspecto amenazador, Dungeons & Dragons, que parece el tren de la bruja.

¿Pero quién me mandaría a mí meterme en esto?
Una vez dentro los chicos se ven amenazados por una especie de monstruos animatrónicos, pero estos muñecos no les impresionan, y hasta se puede escuchar a uno de ellos decir: “Pues no es para tanto”. Y entonces algo extraño ocurre, la realidad se difumina, los raíles se comban, la vagoneta se desintegra y son todos absorbidos por un extraño vórtice. ¿Qué demonios les está pasando? ¿Esto forma parte de la atracción? De repente aparecen en medio de la nada. Abandonados a su suerte en medio de un desierto y vistiendo unos pintorescos ropajes medievales. “¿Dónde estamos?” se preguntan y alguno perfectamente podría contestar: “Esto no es Kansas”. De repente aparece corriendo un pequeño animalillo aterrorizado que parece huir de algo temible y salta a los brazos del más pequeño de los chicos. ¡Un unicornio! Desde luego que ya no estamos en Kansas, Toto. ¡Cuidado! Algo enorme estaba persiguiendo al pequeño animalito. ¡Un dragón! Y no un dragón cualquiera… uno gigantesco, de cinco cabezas y cada una más peligrosa que la anterior. La situación parece desesperada, pero entonces acude al rescate un extraño personajillo calvo que viste una túnica roja. Les señala con el dedo índice y les otorga armas mágicas para luchar contra el dragón: “Tú serás el arquero, el bárbaro, los magos, el caballero, y la acróbata”. Con sus recién adquiridos poderes mágicos los compañeros huyen del fiero y gigantesco dragón. Pero han escapado del fuego para caer en las brasas. Ahora una figura siniestra les corta el paso. Cabalgando un corcel de pesadilla podemos contemplar el rostro del mal. Un siniestro nigromante que parece un cruce entre un vampiro y un demonio les amenaza con sus conjuros. ¿Es este el fin de nuestros héroes? ¡No! De repente el brujo demoniaco se enzarza en combate contra el monstruoso dragón. ¿Qué locura es esta? ¿Qué está pasando? ¿Quién era ese? Y el pequeño duende les da respuestas: “Ese era Venger, la fuerza del mal. Yo soy el Amo del Calabozo su guía en el reino de los Calabozos y Dragones”. ¡Y esto no era más que el principio de la serie! ¡El episodio todavía no ha empezado! Desde luego con 5 años llegados a este punto ya estabas ojiplático y deseando ver que más aventuras correrían Hank, Eric, Presto, Bobby, Sheila y Diana…

Y ahora para terminar permítanme divagar un poco…

Un chico con gafas de lo más corriente, que vive en un mundo de lo más prosaico, descubre que en realidad existe otro mundo, oculto y diferente al nuestro. Un mundo mágico, habitado por dragones y unicornios. En ese mundo mágico el chico con gafas descubre que él es en realidad un mago, un héroe y un aventurero. Tiene un sabio maestro que le da consejos y tiene como archienemigo mortal a un nigromante malvado que planea su muerte para hacerse con el control del reino mágico. Pero él siempre logra salir triunfante y derrotar al mal con la ayuda de sus amigos y compañeros. ¿Les suena el personaje? ¡Presto! ¿En quién estaban pensando?

¿Y todavía alguno duda del éxito mediático de determinados personajes?

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